domingo, 12 de septiembre de 2010

La hamburguesa conquista la "slow food"

La restauración es uno de los sectores que más está sufriendo la actual recesión. A menos ingresos menos comidas y cenas fuera de casa y, por tanto, menos clientes en los locales. Pero sortear la crisis es cuestión de ingenio, que es precisamente lo que no le falta a Luca Bernasconi, quien hace apenas unos meses, justo cuando muchos tuvieron que cerrar sus puertas, se atrevió a abrir Mesclat, un imaginativo restaurante en el barrio del Carmen.

Mesclat ofrece productos de buena calidad y una cocina sencilla basada en las hamburguesas. Pero ojo, que nadie se lleve a engaño, pues la propuesta de Mesclat nada tiene que ver con el plato insignia de la denostada «fast food». Aquí la carne, o el pescado, que integran la masa se combinan con toques mediterráneos, en los panes y las guarniciones, y con verde, mucho verde. Una forma de comer diferente que bien puede enmarcarse en el movimiento «slow food».



Queda claro que el plato principal es la hamburguesa pero la forma de componerlo se convierte en una suerte de «mónteselo usted mismo». Primero eligiendo la hamburguesa. Para los más tradicionales, las de carne, donde destaca la de caballo, aunque también puede ser de pollo, pavo o ternera. Las sorpresas vienen desde el mar con hamburguesas como la de langostinos, con un sabor limpio y suave, muy bien lograda; o la de bacalao, que, aunque sabrosa, no deja de ser una especie de croqueta. Para los vegetarianos queda la opción del tofu, calabacín o de falafel. Y para acompañarla , opciones de verdura, quesos (cheddar, gorgonzola o scamorza), bacon, foie o jamón.

Queda elegir el pan entre el tradicional con semillas de sésamo, de pueblo o posibilidades más arriesgadas como el de chocolate o el de tomates secos. Lo dicho, nada que ver con la «fast food».

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